¿Cuántas empresas debo tener en mi cartera?

No existe un número mágico como respuesta a esta pregunta, sino que siempre dependerá de los objetivos que, como inversores, tengamos con la cartera. En este caso, diferenciaremos dos tipos de carteras.

Cartera Concentrada

Las carteras concentradas suelen tener alrededor de unas 10 acciones. Por motivos regulatorios de diversificación, la mayoría de fondos de inversión disponibles en el mercado no pueden tener tan pocas empresas. De todas formas, los Hedge Funds sí son libres de invertir sin estas restricciones, pero solo son accesibles a inversores profesionales.

Carteras Comunes

Suelen tener entre 20-40 acciones en cartera. Estas suponen la mayoría de carteras del mercado accesibles para los inversores. Este es un número suficientemente elevado como para mitigar el riesgo no sistemático (riesgo individual de cada empresa, diversificable), pero lo suficientemente bajo como para diferenciarse del benchmark.

Gráfico de Ibbotson Associates

La clave: la correlación entre activos

Lo ideal, es tener una cartera donde los activos estén poco correlacionados entre sí, pero con esperanzas de retorno positivas.

Esto no ocurre en el mercado de acciones, donde la correlación es muy alta entre ellas, especialmente en entornos bajistas.

Como consecuencia, si ya tenemos un portfolio con 20 títulos, por mucho que le añadamos más acciones, no supondrá ninguna ventaja añadida en términos de diversificación: la diversificación es marginalmente decreciente, como vemos en el gráfico.

Conclusión: conocerse como inversor es la solución

Si nuestra idea es diferenciarnos del mercado, deberíamos optar por una cartera concentrada. Por el contrario, si tenemos muchas ideas de inversión pero poca convicción en cada una de ellas, deberíamos optar por una cartera de acciones más amplia. Es aquí donde cada inversor tiene que ser consciente de qué riesgo está dispuesto a asumir para destacar entre la multitud.

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