Coche eléctrico: ¿Quizá no tan limpio como parece?

Pese a que el coche eléctrico se inventó a mediados del siglo XIX, ha necesitado 150 años para convertirse en una realidad cotidiana.

La incapacidad para almacenar energía eléctrica ha sido el principal obstáculo a su aceptación en masa, circunstancia que ha impedido su viabilidad comercial hasta hoy en día.

Además, la urgencia para mitigar los efectos ya evidentes del cambio climático, ha hecho de catalizador para la investigación y el desarrollo de las baterías, poniendo al coche eléctrico como uno de los grandes cambios al que se nos enfrentamos en el corto plazo.

Outlook para el coche eléctrico

Las cifras de crecimiento histórico son exponenciales, y se espera que se siga manteniendo esta tendencia.

Fuente: IEA, Global EV Outlook 2021

De hecho, durante la década del 2020, es cuando más se espera que crezca el volumen de unidades, sobre todo en los países desarrollados, ya que es cuando se producirá el efecto sustitución.

¿Cómo ganar exposición al coche eléctrico?

Pese a que no hay muchos players puros del coche eléctrico en bolsa, éstos son los más importantes:

Como se muestra la tabla, hay que ser consciente que la mayoría de productores de EV sufrieron pérdidas en su cuenta de resultados durante 2020, lo que acarrea un riesgo elevado para la inversión.

No obstante, también podemos tener exposición mediante las empresas tradicionales de fabricación de automóviles, los cuales ya se han comprometido a que los nuevos coches vendidos en 2030 sean, en gran parte, eléctricos:

* Mean numbers are approximated, not issued directly by the company.

Fuente: IEA, Global EV Outlook 2021

 

De todas formas, estos crecimientos exponenciales en las ventas de coches eléctricos también acarrean otras consecuencias a nivel medioambiental, que plantean otros dilemas, sobre todo en cuanto la producción y reciclaje de baterías, y al mix energético con el que producir la electricidad con la que cargarlas.

La cantidad de minerales necesarios para fabricarlas, como el Cobalto, el Níquel o las Tierras Raras,  y el hecho que proceden mayoritariamente de países con conflictos y grandes deficiencias en materia de derechos humanos, ensombrece las ventajas para la humanidad, con lo que la controversia está servida.

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