En un mercado eficiente, más rentabilidad tiene que conllevar necesariamente más riesgo o volatilidad.
Normalmente, la ratio rentabilidad-riesgo de la inversión es menor cuanta más rentabilidad esperemos.
En otras palabras, aspirar a más rentabilidad implica soportar una volatilidad más elevada, disminuyendo la eficiencia de la inversión en términos de rentabilidad por unidad de riesgo soportado.
Curiosamente, la renta variable emergente, se desvía un poco de ese patrón: pese a tener una volatilidad más elevada, su rentabilidad ha sido inferior.
Los mercados financieros no son siempre perfectos.