Pese a que sobrevuela incertidumbre en el ambiente, todo apunta a que las elecciones americanas, que se celebrarán el 3 de noviembre, las va a ganar el candidato demócrata Joe Biden.
De todas formas, la clave estará en los llamados swing states, esos estados donde aún no hay un ganador claro, e históricamente han ido alternando entre demócratas y republicanos.
A continuación, vemos algunos de ellos:
Fuente: Fathom Consulting. Refinitiv Datastream.
Más allá de quién será el ganador, los dos candidatos vienen con unos programas aparentemente diferenciados, pero cuando uno entra a investigar las propuestas de uno y otro ve que, ciertamente, guardan similitudes.
Es bien conocido que Trump es partidario ensalzar la producción industrial nacional, pero Biden tampoco se queda corto. Aquí entra el lema Made in America de Biden, bajo el cual pretende penalizar a las empresas estadounidenses que produzcan fuera de los Estados Unidos y vuelven a vender su producto al país, aumentando aún más la carga fiscal para algunas compañías.
Más allá de está propuesta, Biden pretende una alza de impuestos generalizada: subida en impuestos sobre el trabajo y capital, sobre todo centrado en las rentas de más de 400.000 $. A su vez, también pretende subir el impuesto sobre los beneficios empresariales del 21% actual al 28%.
Según un estudio realizado por taxfoundation.org, el total de medidas de Biden reducirían el PIB en el largo plazo debido la menor creación de puestos de trabajo derivados de la subida de impuestos.
Pese a esto, no está del todo claro cómo reaccionará el mercado con una victoria de Biden. Podríamos pensar que una victoria demócrata perjudicaría a las bolsas, pero los temores a una más intensa guerra comercial si finalmente gana Trump también pueden aumentar la incertidumbre.
Lo que está claro es que, una victoria de cualquiera de los dos candidatos muy ajustada, sin una mayoría clara ni el control de las dos cambras, sería quizá el peor escenario para los mercados financieros.