El dólar estadounidense ha sufrido una fuerte depreciación desde comienzos de la pandemia en marzo 2020. La política monetaria agresiva tomada por la FED ha generado un exceso de moneda americana en el mercado que ha repercutido en precios. Desde niveles cercanos a 1.10 dólares por euro ha llegado a casi US$ 1.24 a principios de este año, actualmente posicionándose en US$1.19.
El mercado de divisas se puede analizar de dos maneras. Mediante el análisis fundamental (macroeconomía, balanzas comerciales, diferencial de tipos, déficit fiscal, flujos, etc.) o mediante el análisis técnico (ratios, chartismo, métricas en tiempo real).
Por el lado del primer factor, el panorama parece más favorable al dólar. El crecimiento económico se proyecta fuerte para EE.UU debido a una reactivación bastante dinámica - EE.UU retornará a niveles de PIB pre-pandemia antes que Europa. Sumado a esto, los tipos de interés en subida favorecerían un carry positivo del dólar, en un campo en donde el euro a priori seguirá con tipos negativos por varios años. Si bien el déficit comercial y fiscal americano sí que son bastante mayores (fuente de fragilidad para el dólar), si analizamos las series históricas siempre lo han sido, por lo que tampoco indicarían una alta injerencia en el tipo de cambio.
En el campo del análisis técnico la situación se vuelve favorable al euro. En la últimas semanas, el dólar norteamericano se ha apreciado desde 0.81 a 0.84, e indicadores como el RSI o el MACD (dos indicadores de momentum) marcan una sobreventa del euro en el corto plazo. Sumado a esto, el euro parecería haber tocado un soporte en 1.186 USD/EUR lo que podría pronosticar un rebote en el corto plazo que favorezca al euro. Sumado a esto, las posiciones netas long en euro están en máximos desde finales de febrero - lo que indica un cambio de tendencia a favor de la moneda comunitaria.
En conclusión, hay muchos factores que afectan el tipo de cambio, y a la hora de ganar exposición o cubrir carteras, una visión flexible es fundamental. Estar favorables al dólar en el largo plazo no es incompatible con reducir exposición por potenciales riesgos de corto plazo (o viceversa).